martes, 6 de febrero de 2018

Cómo eran las cosas.

Toda mi vida he frecuentado los mismos lugares, los mismos rumbos. Caminé por las mismas calles durante años. Visitaba a mis amigos en la misma zona, casualmente todos siempre estábamos cerca y podía reunirme con ellos, siempre iba caminando porque las distancias eran relativamente cortas. También mi lugar de trabajo, prácticamente he estado conectado con ese lugar desde que tengo memoria, eso algunas veces también me saca mucho de onda.

Hace un par de años pensé que eso me había hecho daño de alguna manera, el hecho de "hacer siempre los mismo", que en este caso no es el "hacer", diría que es algo más como "frecuentar", y pues, después me di cuenta de que pensar algo así es algo realmente estúpido.

¿Por qué? Porque no es algo que se pueda cambiar, las cosas pasan y en su momento fueron cosas que disfrutaste mucho o poco, pero pasaron y ya. Luego me di cuenta de que es algo que siempre pasa, a cualquier lugar que vaya, no importa lo que sea, algo tan simple como pasar por una calle solitaria en la que en algún momento ocurrió "algo", mi mente inmediatamente empieza a trabajar en ese "algo". Cosa que es completamente normal, los recuerdos a todos nos surgen de repente, el problema es el efecto que tienen, es algo así como un efecto del "tratamiento Ludovico", sólo que en este caso no importa que haya sido algo bueno o malo, siempre me agobia.

Casi todos los lugares por los que paso a diario, me veo ahí, en esas épocas viviendo ese momento, recordando cualquier situación, me veo hablando y compartiendo momentos con personas con las que actualmente no tengo nada que ver.

Lo bueno es que siempre he sido ese al que le es muy fácil "soltar" o "dejar ir", de otra forma no sé qué sería de mí.

En otro día, cualquier otro, uno común y corriente, pensaría todo lo contrario.

Esta depresión ya me está molestando, pero también me gusta que me obliga a regresar a escribir en este lugar.

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