martes, 26 de diciembre de 2017

El ordinario.

Les puedo decir que tengo tres horas tratando de escribir algo, en ese tiempo ya escribí un post pero no se me hace digno de diciembre.

No me juzguen, estoy sentado muy a gusto escuchando música y con cerveza en mano.

¿Qué puedo decir? Lo mismo de siempre. Diciembre se fue ridículamente rápido, aunque no me puedo quejar, siento que he aprovechado cada día, tal y como me lo propuse.

¿He tomado todos los días? Sí.

¿He pasado tiempo con mi familia y amigos? Sí.

¿La pasé bien en navidad? Ehm, bueno, sí, pero me quedé dormido.

Pedí una semana y media de vacaciones, porque según yo, necesitaba descanso y hacer distintas tareas pendientes aquí en mi casa, cosas que no he hecho realmente, pero aún tengo tiempo.

Anteriormente les conté sobre personas nuevas que llegaban a mi vida, este mes no fue la excepción, cosa rara, ya que me siento bien y no he tenido necesidad (aún) de alejarme de alguien.

¿Amor? ¿Relaciones? Este año creo que fui muy hermético, tanto que no podría decir con cuántas mujeres estuve, no me arrepiento, así nadie se clava y todos felices.

Mandé a la verga a muchos, mucho me mandaron a la verga, todo bien.

Creo que nunca había querido ser alguien tan ordinario, me siento bien y así quiero seguir.

Me da gusto saber que hay personas que todavía se dan la vuelta en este viejo blog.

No tomen tanto (o sí) y sean felices a su manera.


jueves, 30 de noviembre de 2017

Moscas.

Octubre solía marcar mi parte favorita del año, la recta final, los días frescos y las ansias de querer disfrutar lo poco que queda del año de la mejor manera posible.

En esta ocasión no sé en qué momento pasó octubre y ni puta idea de lo que pasó con noviembre, todo pasó así nomás, sin darme cuenta. Bueno, pero ahora sentí que sí disfruté los últimos días del mes.

Mucho trabajo, no he podido dormir bien a causa de unas pesadillas macabras y absurdas que últimamente me han acechado. Me parece algo de lo más ridículo, porque pasé de ser una persona que podía dormir en cualquier momento, en cualquier situación y que no tenía ni un solo sueño, a ser alguien que no puede dormir con un poco de luz, un poco de ruido y que ya está harto de las pesadillas pendejas.

A pesar de todo, lo rápido que ha pasado el tiempo and shit, la he pasado muy bien en mi recta final.

He querido venir a escribir muchas cosas, a veces digo que "no tengo tiempo", que es una gran mentira, tiempo me sobra, pero se me olvida.

Escribo de cosas que ya pasaron o que todavía no pasan, a veces siento que el presente me caga la madre o que de plano nunca le pongo atención.

Salud.

martes, 31 de octubre de 2017

Maleable.

Bueno, de mis tres meses favoritos, el primero fue muy duro conmigo. estuvo lleno de alergias, enfermedades y depresiones. De trabajo también, pero eso no lo considero algo malo, aunque si lamento mucho la falta de tiempo y ese efecto en el que cuando te das cuenta, ya es 31 de octubre.

En serio, no entiendo esa absurda rapidez.

En este mes en particular, he tenido unas memorias de esas que son bonitas y tristes a la vez. Se lo atribuyo a mi lugar de trabajo, ya que como algunos de ustedes sabrán (o espero que no) cambié de puesto y eso implicó que regresara al mismo lugar en el que antes laboraba, no es el mismo edificio, pero es el mismo lugar y tengo exactamente la misma vista que tenía hace seis años.

Hace seis años, cuando salía tarde del trabajo (por novato y meco), cuando el laboratorio estaba completamente solo, algo triste y apagado porque sentía que era algo que era demasiado "complicado" para mí y que jamás iba a poder dominar. Salía con ganas de morirme, en un vocho blanco al que le sonaba todo y que apenas tenía gasolina.

Esa parte era la que más me relajaba, el camino a casa. Claro, era difícil relajarse con el sonido que hacía el vocho, pero estaba acostumbrado.

Actualmente salgo tan tarde como en aquella época o hasta más tarde, la diferencia es que ya no es por meco o por novato (o al menos eso quiero creer). Aún más curioso, mi cajón está ubicado a sólo tres lugares del cajón en el que siempre me estacionaba en aquel entonces.

Y para variar, me es inevitable salir y no imaginar que aún está el vocho en ese lugar, me es imposible no recordar quién era yo en esa época, alguien completamente distinto y que la verdad extraño un poco.

Al final es muy bonito poder recordar todo eso y me hace feliz regresar a los mismos lugares pero en diferentes circunstancias.

Y no mamen, ya es halloween, detengan este pedo.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Por la obscuridad.

Cuando salía de la prepa, me iba caminando hasta la central de abastos para tomar el camión que me llevaba a mi casa. No estaba lejos, eran unos 20 minutos más o menos. Esa parte del día era la que más me gustaba porque no tenía que ver o a hablar con alguien del colegio, además siempre pensé que el hecho de que usara el camión funcionaba como repelente de esa fauna tan horrenda, gente tan "fina y sofisticada*" obvio no se iba a querer relacionar con un pobretón como yo.

*Esa gente no tenía nada de "fina y sofisticada", eran los típicos frustrados que disfrutaban aparentar que (sus papás) tenían dinero y se sentían la gran caca porque el papá les prestaba el Golf o el Chevy para ir al colegio.

De hecho, ahora que recuerdo, nunca pasó nada memorable en aquella época. Recuerdo que en mi camino a la central de abastos siempre (cuando tenía dinero) pasaba a una tienda, compraba unos Crunchers y una Mirinda de mandarina y me los tragaba en lo que esperaba el camión, que por cierto se tardaba un chingo en pasar. Los Crunchers me gustaban mucho y ese lugar era el único lugar en el que los encontraba fácilmente, eran tan buenos que a veces compraba tres bolsas para compartirlo con mis hermanos.

No sé por qué, pero tenía la costumbre de guardar el envase vacío de las Mirinda en la mochila, era tan despistado o la escuela me valía tanta verga, que un día mi madre vio mi mochila repleta de envases y se sacó mucho de onda.

Un día cuando salí de la tienda con mis Crunchers, me topé a una chava que estaba en mí salón, creo, creeeeeo, que se llamaba Perla. Siempre pensé que era muy guapa y de cierto modo me gustaba, pero no me refiero a que sentía algo por ella. Era morena clara, tenía un pequeño lunar en el pómulo derecho, delgada, estatura un poco más baja que la mía y recuerdo que tenía piernas chidas. Me llamaba la atención que la chava se daba mucho a respetar y los simios del salón de clase no la jodían tanto como a las demás.

Ese día pensé que continuaría su camino, pero nel, se detuvo, me saludó y me preguntó a dónde me dirigía, casualmente ella también iba a tomar el mismo camión. Nomás imaginen la situación, en ese entonces yo era incapaz de establecer una conversación con alguien, me era imposible hablar, le ofrecí de mis Crunchers mientras caminábamos y en mi mente sólo daban vuelta muchas cosas, pero ninguna lo suficientemente buena como para salir de mi boca. Afortunadamente la chava tenía una forma muy natural para romper el silencio incómodo, desafortunadamente yo no sabía cómo responder.

Nunca más me la volví a topar en ese camino y a pesar de que la veía a diario en el salón, nunca más volvimos a platicar. Nunca la volví a ver hasta unos 6 años después, la morra ni se acordaba de mí, no la culpo, en aquel entonces yo existía menos que ahora, sólo supe que ya tenía un hijo.

En otras ocasiones me topaba a un wey que era el típico cabrón que practicaba box (en esa época estaba de moda que toooodos practicaran box) y se quería "dar un tiro" con cualquier wey. Para mi mala fortuna, el wey vivía para ese rumbo y se iba caminando, tenía que ir escuchando sus pendejadas todo el camino, hablaba de técnicas de boxeo, camionetas Ford modelo 78 y muchas otras pendejadas que a mí me valían mucha verga. En algún momento me llegó a invitar a jugar playstation pero siempre lo mandé a la verga, nunca se enteró de que me cagaba la madre.

El camión siempre lo tomaba en la esquina de la central de abastos, me sentaba en el suelo y me recargaba en la pared, cuando podía aprovechaba para taparme el sol con la sombra de un teléfono público que estaba en el lugar. Uno de esos días, estaba viendo los autos pasar, imaginaba muchas cosas cuando de pronto escuché unos gritos y unos pasos muy acelerados. Del otro lado de la calle venía un cholo corriendo con cara de terror, atrás de él venían otros dos cholos, uno tenía un tubo en su mano y el otro tenía un machete.

Recuerdo que en ese momento quedé muy impactado, sólo veía como los cholos perseguían a ese pobre diablo hasta que un camión pasó cerca de él y se subió, hasta parecía que el chofer había ido en su rescate. Después dio vuelta en Reforma y nunca supe que pasó. Aunque siempre he pensado que lo más probable es que haya tenido un trágico final, de esos que aparecen en portadas de periódico de cinco pesos.

Y ya, me llegan infinidad de recuerdos.

miércoles, 30 de agosto de 2017

El Scorcho.

Ha de ser muy feo eso de tener cáncer en los huevos.

Creo que el trabajo es mi mejor terapia (y también creo que ya lo he mencionado muchas veces), pero cuando no estoy en él, pienso que es una cosa algo extraña. Mi trabajo consiste en tratar con desconocidos a los que les tengo que dar un buen trato y resolver sus necesidades a la brevedad posible (no, no soy una puta), cosa que disfruto bastante, no sé, me gusta lidiar con ese tipo de problemas.

La parte extraña aparece cuando no estoy en el trabajo, cuando me doy cuenta de lo que soy normalmente, me gusta estar solo y que no me chinguen con charlas que realmente no me interesan. No soy sociable porque así nací, no por gusto. Creo.

(En este momento es cuando siento que estoy escribiendo lo que ya he escrito muchas otras veces)

Me pasa que no dejo de pensar en el 2015, siento que estoy atrapado en el pasado y que de repente descuido el presente. Cuando me doy cuenta ya estamos a finales de agosto.

Siento que las cosas pasaron hace poco, que esos momentos los viví hace apenas unas semanas. Parece que las cosas fluyen mientras mi mente está en otro lado.

La vida va muy rápido y creo que está bien, pero a veces va tan rápido que no alcanzo saborearla.

Sin querer me he relacionado con mujeres con las que han pasado cosas chidas y me hacen ver que todo puede tener otra perspectiva, después empiezo a sentir que invaden los dominios de diablorama y recuerdo al punto al que no quiero llegar.

Me alejo por completo y es una historia que no deja de repetirse.

Ya no estoy seguro de cuál es la persona que conocen, a veces ni yo estoy seguro de lo que soy.

Todo es igual, todo da igual.


domingo, 30 de julio de 2017

Vida en el espejo.

Empecé a sentir que no era yo, pero no podía entenderlo, era una sensación muy extraña.

Mis ganas de salir desaparecieron, hace poco salía y disfrutaba estar en algún bar, el que sea, sólo o acompañado, eso era lo de menos. Ahora siento que no quiero que las personas me vean, algo raro, similar a no querer existir para los demás.

Esa sensación de pensar que todos tienen los ojos sobre ti, esa cosa estúpida e inexistente, pero también inevitable.

Eso es raro, muy raro para una persona a la que le vale verga lo que digan los demás.

Entonces fue cuando empecé a entender (o al menos eso parece) lo que realmente estaba pasando, esa sensación obviamente me resulta familiar.

Siento que soy el que era hace 12 años, soy ese que no quería salir a la calle, que se alejaba de pequeños grupos de gente, que su vida era estar en la computadora descubriendo música, ese que no estaba nunca para nadie. 

Después de tantos años, siento lo mismo.

Es algo que me confunde demasiado, porque no es sólo el aspecto "social", que realmente es lo de menos, pero esto llega acompañado de todo lo que en aquellos años me afectaba de manera personal.

La diferencia entre ayer y hoy, es que ahora sí estoy seguro de cómo puede terminar.


martes, 27 de junio de 2017

Días de fuego.


A veces la vida es tan rara que me hace ir con entusiasmo al trabajo.

A veces la vida es tan divertida que no quiero dejar de vivir.

A veces la vida exige tanto que no da tiempo para vivir.

A veces la vida es tan carente de sentido.

La vida puede ser todo, menos aburrida.

Nunca falta el meco que se siente aburrido, a estas alturas de la vida, no logro entender cómo es que alguien se puede llegar a sentir aburrido. Hay tantas cosas por hacer, digo, existe el internet, un lugar en el que puedes leer, escuchar o ver lo que te se te antoje,

Me gusta saber de las personas que sufren por amor, me gusta recordar lo patético que alguna vez fui.

Otra vez estuve de vacaciones, otra vez tengo ese malestar de alejarme de los momentos que pasan a ser recuerdos muy agradables.

Creo que nunca había pasado tanto tiempo sin ser yo, me siento raro, me siento incompleto. Los escapes ya no sirven. Estoy tan lejos de todo, que me incomoda la idea de regresar.

A lo mejor sólo es una de esas malas temporadas que pasan sin que te des cuenta, pero ya me di cuenta y ya fue mucho tiempo.

Yo ni quería escribir, sólo vine a ver qué era lo que tenía por acá guardado, todo empieza con algo que escribí cerca del octubre pasado.

sábado, 27 de mayo de 2017

Vaya.

Durante muchos años decidí no mezclar mi vida personal con mi trabajo, no me refiero a las relaciones con los demás trabajadores, eso es y siempre será. La mente, la mente es la que siempre he procurado tener en el lugar que corresponde, nunca pensar en el trabajo cuando no estoy en él o viceversa.

Pero a estas alturas ya es casi imposible no involucrar trabajo con vida personal, ¿por qué? porque no hay otra forma de hacerlo, el trabajo te involucra y te obliga, si no lo haces de esa forma entonces no sirves. Pero bueno, poco a poco me involucro más y es algo que no se puede evitar, es necesario.

Siento que ya libré la etapa "difícil" del trabajo, cada vez me adapto más y cada vez me sorprendo más al descubrir que soy capaz de hacer cosas que nunca imaginé. En serio, deberían verlo, es algo que me saca mucho de pedo porque soy en el trabajo soy otra persona, no lo logro entender cómo es que no puedo ser la misma persona en todos lados.

Pero bueno, como todo trabajo a veces no deja tiempo para nada, cosa que también me ha servido mucho como terapia Me aleja completamente de todo eso que quiero evitar. La mente se empieza a llenar de cosas que empiezan a desplazar otras ideas que no sirven para absolutamente nada.

Fin.

Este mes ocurrió algo hermoso, HERMOSO.

Pude asistir al primer concierto de At The Drive-In en México. Algo que hasta la fecha no puedo asimilar, neta, fue hermoso ver a mis ídolos tocando canciones que pensé JAMÁS iba a tener oportunidad de escuchar en vivo. El único "pero" que le puedo poner es la ausencia de Jim Ward, Keeley Davis ocupa muy bien su lugar y cabe mencionar que es una persona que prácticamente está ahí por Jim, pero me hubiera encantado ver la alineación completa. Admito que las canciones que menos disfruté fueron las del in•ter a•li•a, pero dudes, tocaron 198d, Napoleon Solo y la combinación perfecta del Relationship of Command.

Neta, los amo.

En general el día del concierto fue perfecto, saliendo de ahí fui a compartir tragos con personas muy agradables, me hubiera gustado pasar más tiempo allá, pero hice mal los planes.

Y sí, me puse hasta la verga.

¿Lo mejor? Sigue el concierto de The Horrors, Zeds Dead, LCD Soundsystem y Weezer.

Sí, WEEZER, por fin.

Por allá de Octubre también toca Interpol en Monterrey, pero para ese aún falta mucho.

Por el momento soy muy feliz.

domingo, 30 de abril de 2017

La buena vida.

Desde hace unos cuantos meses me he topado a personas a las que me he tomado la molestia (?) de saludar, personas que aman empezar la conversación con:

 "¿Y sigues pisteando?"

Y es que ese tipo de cosas fueron las que me ayudaron a darme cuenta de lo horrible (y hermoso) que es el alcohol. Bueno, eso y el último (y único) problema que he tenido con la "autoridad".

Desde febrero (afortunadamente) ya no he tomado "tanto", y lo digo así porque obviamente no es algo que me pueda quitar, de hecho, es algo que sé que no me puedo quitar. La idea no es dejarlo, la idea es regresar al Isaac de hace 10 años, que tomaba sólo dos días a la semana. Desde esos días creo que sólo me he emborrachado una o dos veces, voy mejorando.

¿Qué me hizo llegar a tal extremo?

La ansiedad y la depresión. Pero más que nada, la horrible y asquerosa ansiedad.

No he conocido mejor remedio que el alcohol, es inmediato. El problema es que se hace costumbre y la ambas cosas en realidad nunca se van, sólo se ocultan para después regresar aún más fuertes.

Estuve leyendo al respecto, resulta que es una práctica muy común y muy "peligrosa".

Puedo decir que ya pasé por la etapa "peligrosa" o que incluso nunca me acerqué a ella. El alcohol me ayudó mucho, me ayudó a darme cuenta de lo que eran esos problemas y a cómo lidiar con ellos. Aprendí a no dejarme caer, aprendí a no cerrarme y a darme cuenta de que es una condición que sólo sirve para joder.

Entre tanto alcohol usado para calmar mis malestares, empecé a tomar cervezas por gusto y no por "necesidad". Ahí fue cuando me di cuenta de todo.

No voy a mentir, de vez en cuando siento que voy a caer otra vez en depresiones absurdas, pero al final no ocurre, por eso, porque uno aprende de las cosas absurdas.

Para que tengan una idea, no dejé de tomar desde febrero 2015 hasta diciembre 2016. Así nomás, era un día o dos a la semana en los que no me ponía borracho, era algo horrible.

Actualmente mi estómago está hecho mierda y tengo 8 kg de sobrepeso sólo por la bebida.

¿Mi recomendación? No tomen.

Pero decir eso es algo tonto, porque el alcohol no es malo, lo malo es TODO en exceso. Yo sigo tomando, se me antojan unas IPAs o Stouts y no me aguanto las ganas, pero esas ganas ya no significan que me debo emborrachar.

Cuiden su salud y cuiden su dinero, hay muchas otras cosas que valen la pena.

domingo, 5 de marzo de 2017

Segunda vuelta.

A veces salgo solo, por eso, porque quiero estar solo.

Últimamente a cada lugar que voy me topo con personas a las que no noto, son inexistentes hasta que escucho un:

"Mira, ahí está Isaac."

Lo he escuchado TANTAS veces que me hacen sentir incómodo.

A cualquier lugar que voy, a veces me atrevo a mirar con discreción, muchas veces se trata de personas que he conocido, o peor aún, a personas que nunca me ha interesado conocer.

¿Lo peor? Sólo murmuran, ni un saludo ni nada.

¿Entonces para qué hacerse notar? No entiendo.

Eso siempre ha sucedido, siempre, conmigo y con todos, pero creo que ahora he puesto más atención a mi entorno. Necesito regresar a mi distracción.

Pero bueno, Torreón es una ciudad pequeña. Es lo que hay.

lunes, 27 de febrero de 2017

Este invierno.

A diferencia de enero, febrero no fue tan eterno. Se fue demasiado rápido.

Ha sido un mes muy bueno, esperaba lo peor y sucedió lo mejor. Por fin obtuve lo que tanto deseaba y la verdad no esperaba que sucediera. Fue un cambio muy drástico, algo completamente nuevo. Al principio recordé aquellos años en los que era nuevo en todo, me sentía atrapado y sin salida, desesperación and shit, la diferencia es que ahora fue muy breve. Madurez y autocontrol, supongo.

Me sorprende mi cambio de personalidad, algo de lo que ni me había dado cuenta y creo que muchas cosas han sido gracias a eso. Otro Isaac.

El problema es que no he podido hacer que ese otro Isaac exista en todo momento, curiosamente en mi vida personal nunca lo he podido ver.

Este mes fue mi cumpleaños, lo disfruté bastante. Estuve rodeado de las personas que realmente aprecio, los que esperaba, no más, no menos.

Sigo sin encontrar un equilibrio, disfruto mucho estar rodeado de la gente que aprecio y disfruto mucho estar completamente solo.

Sigo teniendo un problema con las personas que me llaman "amigo" y que yo sé que les valgo verga. No tolero su puta hipocresía.

He podido ser amable con desconocidos y los desconocidos son amables conmigo.

Estuve doce horas encerrado por culpa del alcohol, que realmente considero que fue una injusticia, pero bueno, ya pasó.

Maldito y hermoso alcohol.

Amo el frío, el frío ya se va y lo voy a extrañar bastante. Este invierno fueron (muy) pocos los días en los que tuve frío. Qué triste.

Hagan cosas diferentes, es muy cierta esa mamada de "necesitas hacer cosas distintas para obtener resultados distintos". Rara vez hago cosas diferentes y cuando lo hago siempre obtengo resultados muy chingones.

Me gusta que las personas me demuestren que puedo confiar en ellas. Me gusta que me conozcan y sepan que yo no me ando con pendejadas.

lunes, 30 de enero de 2017

Por eso debes de obedecer.

A veces despierto deseando que aún sea diciembre.

Enero había sido un mes eterno, hasta hoy, que me di cuenta del número 30.

Esperaba poder llegar a escribir algo importante en este mes, pero pues, no ha pasado nada importante. Sobre los planes que tenía ya no hay nada, tendré que esperar y ver que pasa. Les soy sincero, espero lo peor.

He sentido que estos días he sido menos yo, he cambiado mucho y creo que ha sido un cambio bueno, un cambio que no busqué, sólo está pasando. He coincidido (porque "coincidir" no es lo mismo que "buscar") con personas nuevas con las que la he pasado muy bien y he enterrado a otros que la verdad no extraño ni un poquito.

Porque no se puede extrañar a conocidos que resultaron ser extraños.

El otro día me pasó algo bien chistoso y pensé en venir a escribirlo pero después noté que no era nada chistoso. Nada es chistoso.

Cuando ando por el centro en la bici, paso por lugares que me destapan un chingo de recuerdos de momentos chidos que pasé con morras que ya ni se acuerdan de mí o que me mandaron a la verga nomás porque sí. A veces en los bares me topo con ellas y es bien raro que el contacto visual no dure ni un segundo. Por la menta me pasan cosas como: "ehhmm, antes yo estaba sentado ahí, riendo y platicando con ella."

Pero pss el tiempo pasa y la gente cambia.

No sé qué sería de mí si no hubiera aprendido a dejar ir, no entiendo cómo fue que pasé de ser alguien tan "apegado" a las amistades y las relaciones, a ser alguien que disfruta tanto de la soledad.

Tanto tiempo perdido al final resultó útil, uno siempre aprende cosas nuevas.

Me prometí escribir más seguido, tengo muchas cosas para contarme pero no encuentro las palabras para hacerlo.