miércoles, 30 de noviembre de 2016

El pasado es un animal grotesco.

Seguido me pasa que me dan ganas de venir a escribir cosas que me gustaría volver a leer en algún otro momento, a diferencia de antes, que me gustaba contarles sobre cualquier tontería. Me pasa casi siempre cuando estoy trabajando, y pues, es prácticamente imposible. Me pasa que cuando salgo del trabajo ya me olvidé por completo de lo que les quería contar.

Extraño los días en los que simplemente venía aquí escribir alguna anécdota graciosa o lo que ocurría en un día común y corriente de mi vida.

Y hablando de "cosas que escribía", creo que en parte siempre me arrepiento de publicar (porque neta, tengo un chingo de borradores que creo jamás verán la luz) porque al final vuelvo a leer lo que escribí y me pongo a pensar en: "Bueno, esto a nadie le interesa", exacto, como todo lo que escribía (digo "escribía" porque de alguna manera me gusta pensar que lo que escribo y publico actualmente es de algún modo "superior" a lo de años atrás, aunque no lo sea. Y YA SÉ QUE NO LO ES. PINCHE MADRE.

Pero bueno, también siento que antes tenía más variedad para contar, digo, iba a la escuela and stuff, ahora no hay tanto porque pues, es la rutina, trabajo-peda-trabajo-peda. Aún así, tengo bastante material de mis aventuras en solitario, pero como les digo, ya no es lo mismo, no sé, simplemente no lo es, ya no es como: "Ay, puedo escribir en mi blog en todo momento", pero les juro que es la idea, aunque la idea va muy mal, digo, lo normal ha sido sólo un post por año.

A veces sí extraño poquito al Isaac de aquellos años, aunque tengo mis dudas, realmente no sé con cuál Isaac me quedaría.

Al final nunca puedo escribir eso que me gustaría volver a leer en algún momento, termina siendo algo como lo de antes, pero sin tantas pendejadas.