¿Defender mis vicios? Claro que no.
Siempre que alguien me dice algo como: "Tomas mucho y muy seguido", es común que mi respuesta sea algo como: "Es mi dinero, ¿no?".
Y sí, viéndolo desde un punto de vista un poco estúpido y con actitud de "Soy bien vergas y hago lo que quiero", esa es la respuesta más adecuada, sale a relucir el "No te metas en lo que no te importa",
Ese es el problema, por increíble que parezca, hay gente a la que sí le importa. Gente que te lo dice por el simple hecho de que no te quiere ver con un vicio tan gacho, de una droga tan gacha.
Aquí hacemos un pequeño corte a un idiota diciendo:
"Ayyyy pero todos se drogaaaan, miraaa, ellos ven la tele todos los días, fuman tabaco todos los días, toman coca-cola todos los días, son unos adictooosss"
Oh sí, y tú que piensas así, eres un pendejo.
Es de pendejos tomar como agresión un simple consejo como ese, acudir a la autodiscriminación, sentir que eres la víctima, lo peor de todo es que acepto que en algún momento llegué a pensar así.
Una actitud asquerosa y muy pendeja.
He estado pensando en la cantidad de cerveza y whiskey que tomo a la semana, y pues, en cierto punto, es algo bastante exagerado.
Hace unas semanas una amiga me dijo:
"Isaac, tomas mucho, tomas sin sentido, sólo te veo tomar vaso tras vaso y parece que ni lo disfrutas, sólo te pones borracho y ya, ¿en verdad disfrutas eso?"
Y vaya que me movió el suelo.
Todo se empieza a convertir en algo tan normal, que no te das cuenta de lo estúpido que eres, sí, obvio, lo haces porque puedes y porque quieres, pero llega el punto en el que lo haces sin sentido alguno.
Porque sí, ponerte borracho nada más porque sí, no tiene mucho sentido.
Jamás en la vida me verán "defender" un vicio tan absurdo. A todos les digo lo mismo, aléjense del alcohol, es un vicio horrible.
Obvio no lo voy a dejar, simplemente me gusta, pero me gustaba más antes, cuando tomaba sólo cuando realmente tenía ganas. Se reducía a una peda por fin de semana, no a tomar todos los pinches días sin sentido alguno.
Volveré a ese antes.
domingo, 28 de febrero de 2016
lunes, 1 de febrero de 2016
Lunes a las seis.
Para mí, así como para muchos otros, la confianza es una cosa muy importante.
Lo triste, es que de todos aquellos personajes cercanos a mí, sólo unos cuantos son de confianza, aquellos que me van a juzgar para bien, que me van a escuchar y que se van a llevar a la tumba todas esas historias que les he contado.
Y el hecho de que alguien traicione mi confianza, es motivo suficiente para mandarlo a la verga.
Me gusta poner pruebas de confianza a mis amigos, lo malo es que la mayoría falla. Lo más triste es que nunca se enteran y andan por ahí pensando que yo no me doy cuenta de nada.
Escupo en ellos.
No me es nada difícil sacar a pendejos de mi vida, aún así son pocos los que ya no están, personas que juraban ser mis amigos y que por alguna extraña razón se empeñaban en hablar a mis espaldas y a querer verme la cara de pendejo.
Al menos yo, cuando entro en algún tipo de conflicto con alguien al que considero mi amigo, lo arreglo rápido, directo y sincero.
Pero luego te das cuenta de que hay muchos que están muy enfermos de su concepto de amistad, que ante cualquier problema que haya surgido, salen a relucir comentarios pendejos como "Ay, fulano ya no me habla, me voy a poner a llorar". Digo, entonces nunca existió una amistad, de otra forma yo me preocuparía por arreglar las cosas.
A mí no me hagan caso, yo tengo poquitos amigos.
Lo triste, es que de todos aquellos personajes cercanos a mí, sólo unos cuantos son de confianza, aquellos que me van a juzgar para bien, que me van a escuchar y que se van a llevar a la tumba todas esas historias que les he contado.
Y el hecho de que alguien traicione mi confianza, es motivo suficiente para mandarlo a la verga.
Me gusta poner pruebas de confianza a mis amigos, lo malo es que la mayoría falla. Lo más triste es que nunca se enteran y andan por ahí pensando que yo no me doy cuenta de nada.
Escupo en ellos.
No me es nada difícil sacar a pendejos de mi vida, aún así son pocos los que ya no están, personas que juraban ser mis amigos y que por alguna extraña razón se empeñaban en hablar a mis espaldas y a querer verme la cara de pendejo.
Al menos yo, cuando entro en algún tipo de conflicto con alguien al que considero mi amigo, lo arreglo rápido, directo y sincero.
Pero luego te das cuenta de que hay muchos que están muy enfermos de su concepto de amistad, que ante cualquier problema que haya surgido, salen a relucir comentarios pendejos como "Ay, fulano ya no me habla, me voy a poner a llorar". Digo, entonces nunca existió una amistad, de otra forma yo me preocuparía por arreglar las cosas.
A mí no me hagan caso, yo tengo poquitos amigos.
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