Happy new grief.

 He pensado en todo lo que he querido escribir a lo largo del año, pero ya nada es como antes, ya ni siquiera me interesa escribir en este lugar y a veces pienso que eso es en parte una buena señal. Es inevitable no sentirme amarrado a lo que siempre ha formado parte de mi vida, y pues, por eso he decidido seguir aquí.

He cambiado mucho, bastante. Tanto que me da asco pensar en lo que fui antes, nunca lo negaré así como tampoco lo abrazaré. La gente sí cambia, a pesar de haberlo rechazado muchos años, no puedo negar que me hubiera gustado ser siempre lo que soy ahora. No me puedo arrepentir de lo que yo nunca quise y creo que por eso todo es más ligero. 

Leo los archivos de años anteriores y no puedo evitar sentirme triste por la persona que siempre fui y feliz por la persona que soy ahora. No estoy diciendo que ya estoy aliviado, pero mi realidad es otra, otra que ni yo la puedo tolerar alguna veces. A veces mi mente choca muy fuerte con el pasado, eso me deprime poquito.

Mi vida cambió de forma muy abrupta. 

"Abrupta" es una palabra que se queda corta para lo que realmente quiero expresar.

Mi casi nulo círculo social desapareció casi por completo. Mi inexistente vida amorosa me hizo entender la realidad. Mi vida laboral se volvió espantosa. De todo eso, lo único bueno fue que ya no seguí siendo esclavo de la bebida.

A pesar de todo es inevitable no sentirme como una mierda. 

Fui malo con muchas personas y me hubiera gustado que esas personas supieran lo que soy ahora. No espero que me compadezcan, porque ni siquiera me pudieron entender en mis momentos más difíciles, pero al menos que sepan lo equivocados que estaban. A pesar de todo yo siempre estuve ahí. Pero claro, eso no cuenta ¿verdad?

Aprovecho para escupirte a ti, a ti, a ti y a tí que siempre me juzgaste por ser quien era.

Pero bueno, mis decisiones fueron las que nunca habían sido, todo ha ido bien y por alguna extraña razón me siento muy cómodo e incómodo a la vez. La nueva realidad a veces me enferma, el no pertenecer a esta sociedad y estilo de vida  me hace sentir extraño pero muy cómodo a la vez.

Mis últimos días del 2022 fueron extraños, así como todos los días desde marzo del 2020.

Pediría que me regresen mi vida, pero es que se han encargado de que yo la evite a toda costa.

Me da gusto saber que se preocupan por mí personas que pensé ya no eran parte de mi círculo social. 

Odio a esas personas que fingieron amistad durante tantos años y te odio a ti por mentirosa.

La vida sigue, desgraciadamente. Y desgraciadamente ya no me quiero escapar de ella. Al menos no me urge, pero no me molestaría no formar parte de ella.