No sé desde cuándo, pero diciembre es mi mes favorito. Me gusta su clima, los adornos, las reuniones, todo. Es la única temporada que vale la pena.
Traté de disfrutarlo al máximo y siento que lo hice, pero aún así siento un vacío muy extraño. Necesito más diciembre. Lo que sigue me deprime bastante, ver cómo es todo en realidad y que la temporada usa sólo una máscara buena onda.
Disfrutar salir a la calle, al mismo tiempo odiar las multitudes y todo ese ruido. El mundo se siente menos horrible.
Tener que esperar tanto tiempo para volver a sentir esto y que el resto de los días sean sólo algo tan incómodo. No lo digo yo, así se siente y no se puede hacer nada para cambiarlo.
Han ocurrido muchas cosas y he querido escribir muchas cosas. Estoy haciendo todo lo posible para que este lugar no quede abandonado. Y lo digo por mí, que vengo seguido a leer lo que escribo. Escribir lo que siento me ayuda de cierta manera. Me gusta escribir cosas reales y cosas que por alguna razón sólo existen en mi cabeza.
La depresión me ayuda mucho a tener ganas de escribir, pero recientemente me he deprimido tanto que quedo inhabilitado para escribir, por un lado creo que está bien, no quiero leer una y otra vez las ganas que tengo de matarme o sobre recuerdos dolorosos.
Todo pasa y la vida no tarda en pasar.