martes, 31 de octubre de 2017

Maleable.

Bueno, de mis tres meses favoritos, el primero fue muy duro conmigo. estuvo lleno de alergias, enfermedades y depresiones. De trabajo también, pero eso no lo considero algo malo, aunque si lamento mucho la falta de tiempo y ese efecto en el que cuando te das cuenta, ya es 31 de octubre.

En serio, no entiendo esa absurda rapidez.

En este mes en particular, he tenido unas memorias de esas que son bonitas y tristes a la vez. Se lo atribuyo a mi lugar de trabajo, ya que como algunos de ustedes sabrán (o espero que no) cambié de puesto y eso implicó que regresara al mismo lugar en el que antes laboraba, no es el mismo edificio, pero es el mismo lugar y tengo exactamente la misma vista que tenía hace seis años.

Hace seis años, cuando salía tarde del trabajo (por novato y meco), cuando el laboratorio estaba completamente solo, algo triste y apagado porque sentía que era algo que era demasiado "complicado" para mí y que jamás iba a poder dominar. Salía con ganas de morirme, en un vocho blanco al que le sonaba todo y que apenas tenía gasolina.

Esa parte era la que más me relajaba, el camino a casa. Claro, era difícil relajarse con el sonido que hacía el vocho, pero estaba acostumbrado.

Actualmente salgo tan tarde como en aquella época o hasta más tarde, la diferencia es que ya no es por meco o por novato (o al menos eso quiero creer). Aún más curioso, mi cajón está ubicado a sólo tres lugares del cajón en el que siempre me estacionaba en aquel entonces.

Y para variar, me es inevitable salir y no imaginar que aún está el vocho en ese lugar, me es imposible no recordar quién era yo en esa época, alguien completamente distinto y que la verdad extraño un poco.

Al final es muy bonito poder recordar todo eso y me hace feliz regresar a los mismos lugares pero en diferentes circunstancias.

Y no mamen, ya es halloween, detengan este pedo.

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