¿Qué tal si no puedo cambiar?
¿Qué tal si nadie puede verme?
¿Qué tal si nadie puede escucharme?
¿Qué tal si no soy parte de ningún viaje?
¿Qué tal si mis buenos ratos son sus peores ratos?
¿Qué tal si nunca corrí hasta alcanzarte?
¿Qué tal si no quiero apagar esta sed?
¿Qué tal si este era mi destino?
¿Cómo sé que esta es mi realidad?
¿Y si siempre he estado equivocado?
¿Qué tal si debo pasar estas noches dolorosas?
¿Cómo sé que el silencio no es mi mundo?
¿Cómo sé que debí saber de ti para conocer la desgracia?
¿Y si te llamo en la obscuridad?
¿Qué tal si no es odio lo que siento?
¿Y si nadie recuerda mi nombre?
¿Y si me juzgan por algo que desconozco?
¿Y si estas voces son sólo mías?
¿Qué tal si ya estoy muerto?
Tal vez si me entierro muy profundo, el hedor no me delatará.
Tal vez los gusanos al salir de mis ojos, podrán ver lo que yo nunca vi.
Los que broten de mi lengua, entenderán todos mis silencios.
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